Monasterio de Santa María

El Monasterio de Santa María se localiza en el municipio de Xunqueira de Espadanedo, en la conocida Ribeira Sacra, y se ha convertido en su seña de identidad. Está nombrado Monumento Histórico-Artístico desde 1981.

Breve historia del Monasterio

Aunque se desconoce la fecha concreta de su fundación, sí se puede decir que el Monasterio de Santa María debe su origen a un pequeño cenobio familiar datado en la Edad Media. Se fundó como una pequeña congregación benedictina en honor a San Julián y fue creciendo en poder al unirse a la orden del Císter y contar con el apoyo de monarcas como Fernando II y Alfonso IX.

Tras un tiempo de decadencia en el que el monasterio pasa a depender del Monasterio de Montederramo, el monasterio de Santa María de Xunqueira de Espadanedo recuperó su poder y esplendor a partir del siglo XVI, recuperando su independencia y entrando a formar parte de la orden de Castilla., momento aprovechado para su reconstrucción.

Este periodo de bonanza se extiende hasta las desamortizaciones de 1836, momento en el que entra de nuevo en un periodo de decadencia y abandono que no llega a su final hasta su recuperación por parte del gobierno municipal ya en la década de los 80 del pasado siglo.

Estructura del templo

El edificio se puede dividir en dos partes bien diferenciadas. Por un lado está la iglesia y por el otro el monasterio. Hoy el espacio dedicado a los actos litúrgicos es solo el de la iglesia, monumento de la Edad Media que hoy funciona como templo parroquial. El monasterio, por su parte, pasó a manos de la corporación municipal y alberga en gran parte de sus instalaciones las oficinas municipales, la biblioteca, correos y el centro de salud.

La iglesia cuenta con tres naves de unos 30 metros de largo que conforman una planta de forma basilical. Es de estética sencilla y sobria como ocurre con la mayor parte de los templos que pertenecen a la orden del Císter. Entre su austera decoración, podemos hablar de los motivos vegetales que son visibles en los capiteles que adornan la nave central. La portada de la iglesia es románica, como también románico es el altar de piedra en su interior. El retablo mayor está firmado por el artista Juan de Angés y en él están representadas las cruces de Calatrava y Alcántara junto a algunas escenas de la vida de Jesús y la Ascensión de la Virgen María. En cuanto a la fachada del templo, su estilo es neoclásico, pues es una reconstrucción de comienzos del siglo XIX. En ella se puede ver la imagen de San Bernardo.

Si nos centramos en el monasterio, de él se puede decir que su imagen actual es la mostrada luego de las remodelaciones a las que fue sometido en los siglos XVI y XVII, que modificaron en parte su primer estilo románico. El claustro y el artesonado del techo de la entrada son los elementos más destacados del monasterio.

Tras varias reformas, construcciones y destrucciones a lo largo de sus 800 años de vida, podemos decir que, en la actualidad, el interés artístico de este monasterio se centra, sobre todo, en la iglesia románica y el claustro renacentista. Actualmente, se encuentra en buen estado de conservación y puede ser visitado. La entrada cuesta 2 euros.