Capilla de la Santísima Trinidad

Hablar de la Capilla de la Atalaia o la Capilla de la Santísima Trinidad de Ribadeo es hacerlo de uno de los edificios de más antigüedad de todo el municipio. Este templo data del Siglo XII y fue construido por encargo del rey Fernando II, que hizo dar forma a la construcción sobre un tramo de la muralla que defendía la ciudad.

Se dice que realmente este es el edificio religioso más antiguo de todos los que actualmente se conservan en Ribadeo, aunque parte de su estructura fue alterada en una reconstrucción durante el siglo pasado. Este edificio se encuentra en la calle de la Atalaya y, al encontrarse sobre un promontorio, desde el se puede ver en un día despejado toda la entrada de la ría y el Puerto de Porcillán.

Este era el espacio escogido por la villa para celebrar allí los consejos abiertos hasta el siglo XVII, pues se encuentra a solo cinco minutos andando del centro del municipio.

Actualmente no se celebran actos religiosos en esta capilla y generalmente sus puertas permanecen cerradas, por lo que para organizar visitas a su interior es necesario ponerse en contacto con el ayuntamiento.

Estructura

La Capilla de la Atalaia es de planta rectangular y cuenta con una nave central, un arco triunfal y el prebisterio. En la fachada principal luce una puerta de estilo gótico que data del siglo XIV y que presenta una decoración en forma de zigzag. Justo encima de la citada puerta luce el escudo de la villa de Ribadeo y una espadaña de un solo vano.

Ya en su interior, podemos hablar de su retablo de estilo barroco en el que se pueden divisar diferentes tallas de varias épocas. De todas ellas, la más importante es la talla de la imagen de la Santísima Trinidad, que da también en parte nombre a la capilla. Otro de los elementos básicos del interior de la Capilla de la Atalaia es su pila de agua bendita, situada sobre una columna de estilo gótico.

Exterior

La situación de la Capilla de la Atalaia es inmejorable, por lo que en su exterior lucen dos cañones que marcan claramente que este fue un edificio clave en la antigüedad como estructura defensiva de los invasores que entraban por mar.

Su situación no solo es estratégica en lo defensivo, sino que también lo era como guía para navegantes. En tiempos medievales se colocaban antorchas en el exterior de la Capilla para guiar a los navegantes en horas de poca luz como si de un faro se tratase.