Iglesia de San Julián de Portela

En el municipio de Vilamartín de Valdeorras se conserva un templo religioso de origen románico que todavía conserva algunos de sus elementos de su fábrica original a pesar de contar cerca de mil años de historia. Es la iglesia de San Julián da Portela.

Mil años de historias

De la iglesia de San Julián de San Julián da Portela existen referencias ya desde el siglo XI, si bien estudiosos datan la estructura en el primer tercio del XIII. De esta etapa del románico todavía conserva parte de su estructura, si bien su apariencia general que podemos visitar hoy en día en esta iglesia parroquial es el fruto de todas sus modificaciones posteriores. La cubierta de la iglesia es a cuatro aguas en la zona del presbiterio y a dos aguas en el resto del edificio.

La iglesia de San Julián de Portela es de nave única, con planta rectangular y presbiterio elevado. Fue construida en mampostería de granito casi en su totalidad, pero podemos ver un material diferente como la piedra roja formando parte de los marcos de las puertas.

Externamente llama la atención la torre tronco piramidal que está adosada a la fachada oeste del templo, abiertas en sus cuatro caras y con cubierta a cuatro aguas y campanario en lo alto, torre que no formaba parte de la estructura original de la iglesia medieval. Vemos también un acceso en la fachada sur con unas escaleras adosadas que nos llevan hasta esta torre.

Si observamos las fachadas del templo veremos diferentes ventanales estilizados de estilo abocinado y la portada principal es a través de un arco de medio punto enmarcado por ese color rojo de la cantería de piedra antes citado. Los muros del edificio tienen pintura de color blanco y están enfoscados y revestidos de cal.

Cerrada

Cabe decir que, a pesar de la relevancia histórica del templo, esta iglesia de origen románico no es especialmente utilizada en el municipio y suele estar cerrada la mayor parte del año, únicamente abriendo sus puertas para celebraciones concretas del patrón durante el año.

Los días que se puede acceder al interior podremos ver un austero decorado. Las pinturas que se conservan tras sus muros son lo más característico de la iglesia. En el muro meridional hay una imagen del cristo crucificado con María Magdalena y la Virgen María que, según se lee en una inscripción, podemos datar en el siglo XVI, momento también relacionado con la época de modificaciones en la iglesia románica. También en el techo de la nave hay un artesanado pintado con motivos vegetales que podría ser un siglo posterior.