Monasterio de San Pedro de Rocas

El Monasterio de San Pedro de Rocas se encuentra en plena Ribeira Sacra en la provincia de Ourense y, por su antigüedad, es uno de los monasterios más espectaculares de Galicia. En el municipio de Esgos encontramos un edificio religioso cuyo valor va más allá de lo artístico o arquitectónico para ser una pieza de importancia desde el punto de vista antropológico. También se conoce al templo como iglesia rupestre de San Pedro de Rocas.

El conjunto fue reconocido como Monumento Histórico Nacional en el año 1923 y desde 1999 es también Bien de Interés Cultural. Esta es parada obligatoria en cualquiera visita a la Ribeira Sacra.

Orígenes del templo

Su origen data del siglo VI cuando un grupo de anacoretas se instalaron en la zona para retirarse a una vida contemplativa, aunque se cree que sus orígenes pueden ser anteriores, pues en el ara fundacional, conservada en el Museo Arqueológico de Ourense, se hace mención a los herederos, de tal manera, que dejan entrever que hubo antecesores.

Se relaciona el origen del Monasterio de San Pedro de Rocas con los primeros asentamientos eremitas de Galicia y se habla de una fecha, el año 573, como orientativa del templo por la inscripción de la lápida fundacional que se encontró en la iglesia.

El Monasterio fue abandonado en el siglo VIII y cien años después el caballero Gemodus se topa con él durante una cacería y decide ocuparlo de nuevo junto a otros religiosos.

A pesar de que hoy en día la edificación se encuentra en buenas condiciones, es importante mencionar que el Monasterio sufrió numerosas modificaciones debido a los distintos incendios que padeció. El primero fue en el siglo XI y en él sufrieron daños importantes varias de sus salas, que fueron reconstruidas con ayuda del abad Aloito. Más adelante, a mediados del siglo XVII, otro incendio destruyó el edificio monasterial, dando lugar a la actual construcción.

El Monasterio perdió poder tras las desamortizaciones de Mendizábal de 1836 y pierde su categoría para pasar a ser considerado parroquia. A comienzos del siglo XX termina por cerrar debido a su mal estado de conservación y riego de derrumbes fruto de un nuevo incendio. La Ciudad de los Muchachos de Bemposta es la responsable de su última restauración para convertir este monumento en lo que ahora se puede visitar.

Una iglesia excavada en roca

Podemos distinguir en el complejo cuatro cuerpos bien diferenciados. Por un lado, la casa rectoral, edificio de planta rectangular del siglo XVII, por otro lado la iglesia del siglo XII y por otro el campanario del XV. Completa la composición un antiguo cementerio situado en la trasera de la iglesia y hoy en desuso.

Este monasterio es el único ejemplo de iglesia rupestre, excavada en roca viva, de la comunidad gallega. Y, a este respecto, excavadas en la misma roca, cuenta con tres capillas primitivas, todas ellas comunicadas entre si, con arcos de entrada decorados singularmente conservando los altares primitivos en forma de mesas. Por otro lado, dentro de un salón especial se pueden distinguir ocho sepulcros antropoides que pertenecieron al primitivo claustro suevo.

También encontraremos unas pinturas murales muy interesantes datadas entre 1.175 y 1.200, en las que aparece un mapamundi, el único conocido hasta ahora de la época románica, con imágenes de los apóstoles predicando al mundo.

En el exterior y dando nombre al lugar, nos llama la atención el campanario, del siglo XV, que está construido sobre una roca de catorce metros de altura con una escalinata en la parte posterior que permite acceder a él.

Visitas

El monasterio, que está cerrado al culto, está abierto todos los días en el siguiente horario: En verano (de abril a septiembre) de lunes a domingo y festivos de 10:00 a 14:00 y 16:00 a 20:00 horas. En invierno (de octubre a marzo) de martes a domingos y festivos de 10:30 a 13:45 y de 16:00 a 18:00 horas. La entrada es gratuita.

Una vez que nos acercamos a conocerlo, desde aquí podemos visitar también la Fuente de San Benito, excavada en la roca, cuya agua elimina las verrugas, según cuenta la tradición. Además, desde el monasterio parte la ruta de senderismo conocida como Camino Real que va hasta el municipio de Esgos.