Un salto de agua espectacular
El Pozo da Ferida es una cascada natural que se encuentra en el límite geográfico entre los ayuntamientos de Viveiro y de Xove. Se trata de un lugar con encanto natural propio en el que la naturaleza ha esculpido un auténtico pozo en forma de piscina debido a la fuerza del agua cayendo por la cascada.
Una herida en la tierra
La referencia a la herida, ferida en gallego, a la que hace mención el bautizado lugar en el monte de Buio se origina por la marca que la erosión de la fuerza del agua ha hecho en las rocas en su caída. El río Xudreiro es el que lleva sus aguas hasta esta cascada en su camino a juntar sus aguas con las del Landro.
El Pozo da Ferida es posible gracias a una caída en forma de fervenza o cascada de unos 30 metros de altura, originando así esa herida en formato circular en la montaña en un lugar rodeado de verde en el que los robles los alisos y los sauces completan esta estampa natural a la que se debe acceder a pie.
¿Cómo se llega?
Para conocer el Pozo da Ferida hay dos accesos posibles. Para aquellos que opten por hacer un poco de senderismo, se recomienda trazar una ruta de unos 6 kilómetros que arranca en la conocida como Casa do Batán y sigue el curso del río Loureiro hasta dar con la fervenza.
Otra forma más cómoda y directa de descubrir este hermoso accidente natural es ir por carretera. Para ello deberás coger la carretera N-642 y salirte en el desvío a Valcarria. A partir de ahí todo está señalizado para que puedas dar con tu destino. Se recomienda dejar el coche aparcado en las primeras señalizaciones del pozo para disfrutar de los últimos metros con un agradable paseo de unos 15 minutos en el que se hace de forma sencilla.
La leyenda de la cascada
No podemos hablar de un accidente geográfico o lugar natural de relevancia en Galicia sin que éste tenga alguna leyenda asociada a su nombre o a la cultura mitológica gallega. En este caso la leyenda del Pozo da Ferida hace referencia a una gigante avanzada en edad, quien se tropezó y cayó dentro de la poza para nunca más ser capaz de salir de ella. La caída de la gigante, que llevaba en las manos materiales vegetales para hacer estiércol, es lo que provoca que las aguas del pozo tengan ese color marrón tan característico.
Otras historias populares que hacen referencia al Pozo da Ferida hablan de que el agujero natural esculpido en la roca realmente no tiene fondo o que tanto la cascada como la prensa que la antecede no son naturales, sino que fueron construidas por los habitantes del castro de Loureiro que residían en las proximidades.
