Plaza de las Platerias

La Plaza de las Platerías es una de las cuatro plazas que rodea la Catedral de Santiago de Compostela, junto con la del Obradoiro, la Quintana y la Inmaculada o de Azabachería. Está situada frente a la fachada sur de la Catedral, y tiene situada a su izquierda la Torre del Reloj conocida como la torre de Berenguela.

La plaza

Lo que hoy conocemos como Plaza de las Platerías comenzó a tomar forma a partir del siglo XVI. Debe su nombre a los talleres de plateros y orfebres que durante la Edad Media se situaban bajo los soportales de la plaza.

La plaza de las Platerías está dividida por una gran escalinata y es un ejemplo de urbanismo barroco. La Casa del Cabildo actúa como telón de fondo de la plaza, que tienen en su flanco zurdo el comienzo de la calle do Vilar y la Casa del Deán.

Es precisamente la belleza del entorno la que hace de esta plaza, la más pequeña de las cuatro que rodean el entorno catedralicio, una de las más fotografiadas y que un mayor número de turistas y peregrinos acumulan día tras día en la capital gallega.

La fachada de la catedral desde las Platerías

Desde la Plaza de las Platerías ella se puede observar la única fachada de estilo románico que se conserva de la catedral de Santiago de Compostela. Esta parte de la catedral sufrió daños importantes en el siglo XII como consecuencia de los alzamientos populares en contra del arzobispo Gelmírez y tuvo que ser reconstruida en los años posteriores. La fachada estuvo sujeta a modificaciones y añadidos en siglos sucesivos en los que se le adosaron figuras románicas que estaban antes en la Puerta del Paraíso.

De un vistazo hacia la fachada Sur podemos ver figuras de los signos zodiacales, ángeles y apóstoles en el friso y también la representación de Cristo en la parte central junto al apóstol Santiago. En los portales se aprecian imágenes de Pasión y de la tentación de Cristo.

La fuente central

El centro de la plaza destaca por su fuente. En el pasado esta fuente era conocida como Fuente de la Estrella por la estrella de metal dorado sobre pie de jaspe que coronaba la composición.

Esta fuente fue sustituida en el año 1829 por la famosa Fuente de los Caballos obra de J. Pernas en 1825. De la fuente primitiva sólo se conserva el pilón circular mientras que la estrella que hoy la remata es un recuerdo de la antigua. Los cuatro caballos que han dado nombre a la fuente sirven de base a una figura femenina que descansa sobre un arca y levanta la citada estrella. Esta escultura se ha interpretado como una alegoría de la ciudad compostelana y fue motivo de inspiración para artistas como Federico García Lorca, quien se refirió a esta bella fuente como “La fuente del Sueño”.