Santuario da Escravitude

El Santuario de Nosa Señora da Escravitude se encuentra situado en la parroquia de Santa María de Cruces, en el municipio de Padrón. Se trata de un templo original del siglo XVIII y que es uno de los últimos lugares emblemáticos de paso dentro del camino portugués hacia Santiago de Compostela.

¿Cómo es el templo?

Antes de hablar del propio santuario lo primero que llama la atención desde fuera son sus grandes escalinatas de acceso, así como la fuente de agua que se encuentra a sus pies. De la propia fuente se encuentran historias milagrosas sobre cómo sus aguas tienen propiedades curativas. Aun sin entrar en el templo, en el atrio de la iglesia, vemos un cruceiro barroco del siglo XVIII.

El Santuario consta de dos torres barrocas de más de 32 metros de altura, una de las cuales no se terminó hasta el siglo XIX gracias a la donación de un gallego retornado de América tras hacer fortuna al otro lado del charco. Las dos torres simétricas con campanario en su segundo cuerpo y cúpula en lo alto con un balcón, flanquean la nave central en la que se puede ver la imagen de la Virgen con el niño en brazos sobre la portada y un reloj y el escudo de Escravitude bajo la cruz de Calatrava.

La iglesia es de planta de cruz latina y el crucero está cubierto por una cúpula. Dentro podemos ver dos retablos, uno de los cuales está pintado en oro y cuenta con imágenes y un mural que cuenta la historia milagrosa que dio origen al propio santuario. También se pueden ver en el interior de la iglesia varios cuadros de temática mariana que están colocados adornando la sacristía, así como el gran volumen de ofrendas de fue que la Virgen acumula fruto de las donaciones de los fieles que muestran su agradecimiento a la Santa tras haber superado algún momento difícil en sus vidas.

La historia del Santuario

Como ya hemos citado, la presencia de la fuente milagrosa es de vital importancia para entender la historia de este Santuario. Cuenta la tradición que un peregrino que padecía de hidropesía y que caminaba en 1732 en busca del Santo para implorar por su curación, obtuvo este milagro gracias al agua que manaba de esta fuente. En solo tres días las aguas de la fuente de A Escravitude consiguieron sanar al hombre, quien fue el primer devoto del lugar donando dinero para la construcción del templo. Junto a él, otro importante número de fieles siguieron haciendo donaciones tras este milagro y la iglesia pudo terminarse de levantar en el año 1886.

Se conoce el templo como el Santuario de la Escravitude por la frase pronunciada por el peregrino sanado una vez consumado el milagro. A saber: "Gracias, Virgen, que me libraste de la esclavitud de mi mal".

La culminación del templo era una vieja ambición en la zona que había comenzado ya varios siglos antes (S. XVI), cuando el párroco de Santa María de Cruces decidió poner sobre la fuente la imagen en piedra de la virgen con el niño para darle las gracias a la santa por salvarse de morir sepultado por un árbol caído.