El Pan, mucho más que un alimento

Para conocer los orígenes del pan debemos remontarnos a un pasado remoto, el descubrimiento fue casual, nos situamos en la época Neolítica, un antepasado del hombre conoce ya las semillas y cereales y sabe que una vez triturados y mezclados con agua dan lugar a una papilla. Este hombre olvida la papilla en un especie de olla, al volver encuentra una torta granulada, seca y aplastada, el primer pan acaba de tomar forma. Desde ese momento, ha estado unido a la evolución del hombre, ha estado presente en conquistas, revoluciones, civilizaciones, descubrimientos, es decir, forma parte de la cultura universal del hombre.

El pan es un alimento básico que forma parte de la dieta tradicional de todas las partes del mundo. Ha sido tan importante en la alimentación humana que se considera sinónimo de alimento. Se suele preparar mediante el horneado de una masa elaborada fundamentalmente con harina, sal y agua, siendo el cereal más utilizado para su elaboración la harina de trigo, aunque también se emplea el centeno y el maíz, entre otros muchos otros ingredientes.

Este último cereal tiene una gran relevancia en la cultura gastronómica de nuestra comunidad, de tal manera, que el maíz es uno de los productos más importantes de la cosecha de otoño gallega en sus diferentes tipos o modalidades: la espiga totalmente amarilla, la blanca, la de distintos colores (mezclas de especies), negra ("millo corvo"), marrón o lila/negra (espiga reina). Esta importancia queda reflejada en la tradición popular mediante, por ejemplo, la exaltación del "millo corvo" (la espiga negra) en Bueu que está valorada por la Xunta de Galicia como fiesta de singularidad manifiesta, pues representa la cosecha del maíz, su paso por el molino y la posterior preparación de pan. La fiesta del Pan de Cea (denominación geográfica protegida), el Ciclo del Pan en Allariz (fiesta etnográfica), Pan de Maíz de Cabral (Vigo), Pan de Brea (Carballo), Pan de Ousa (Friol), Pan de Neda y Pan del Salnés (Ribadumia).

Al hablar de pan típicamente gallego, es obligado hacer una mención especial al Pan de Cea, el único de Europa con Denominación Geográfica Protegida. Es un pan gallego tradicional cuyo origen se halla en San Cristovo de Cea, comarca de Carballiño. Tiene una historia de más de 700 años y continúa haciéndose de modo tradicional. La harina de trigo gallega que utilizan para hacer este pan es mucho más sabrosa, la masa madre se obtiene de una amasada anterior, agua y sal son el resto de ingredientes, y una cocción en hornos de leña tras los procesos adecuados de amasado y fermentación, hacen de este pan un alimento de gran valor gastronómico y cultural. Cada año se celebra la Fiesta de Exaltación del Pan de Cea y se han creado tres rutas etnográficas para que los turistas conozcamos todos los procesos de la elaboración de este rico alimento, desde la siega hasta la cocción en los hornos de leña.

Las tres rutas del pan de Cea ofrecen recorridos que se pueden hacer caminando, en bicicleta o en coche, y se podrán visitar los hornos, las eras, los molinos y todos los lugares por los que pasen los ingredientes que se convierten en un aromático y sabroso pan de Cea. Las tres rutas etnográficas son: Cea-A Grela, con una duración de cuatro horas y para hacer a pie, Monxes-Labradores, que se puede hacer también en coche, pues hay ocho kilómetros de distancia y la ruta San Martiño-Casledo, que tiene una distancia de poco más de un kilómetro, se hace a pie y ofrece una visita al Convento de Santa María a Real de Oseira y al Museo Etnográfico Olimpio Liste.

En definitiva, es un alimento apetitoso, saludable y muy nutritivo que forma parte importante de nuestra alimentación y cultura gastronómica. Desde siempre ha sido uno de los alimentos básicos de nuestra dieta a destacar desde el punto de vista de su sencillez, valor nutritivo y bajo precio.