Santuario de Nuestra Señora de O Corpiño

¿Buscas un lugar donde la espiritualidad y la naturaleza convergen en una atmósfera encantadora? El Santuario de Nuestra Señora de O Corpiño tiene la respuesta. Este tesoro mariano, ubicado en Lalín, Pontevedra, emerge en una colina rodeada de un paisaje sereno, bañado por el río Deza.

Un templo en evolución

En el siglo VIII, en esta montaña habitaba un ermitaño que era muy admirado por los vecinos del lugar, por su vida de fe y su amor a la Virgen María. Cuando murió, su cuerpo se conservó intacto, y los vecinos le construyeron una capilla sencilla y humilde para guardar sus restos. Pero cuando llegaron los árabes, el lugar quedó desolado y olvidado hasta el siglo XII.

Este santuario, con raíces que se remontan al siglo XII, cuenta una leyenda de este devoto cuyo cuerpo se mantuvo incorrupto tras su fallecimiento, interpretado como un milagro. En honor a este acontecimiento, los lugareños erigieron la modesta capilla que, con el tiempo, evolucionó hasta transformarse en el majestuoso templo que es hoy. La iglesia se construyó en una sola nave entre 1743 y 1768. Luego se hizo más grande y se le dio la forma de Cruz Latina entre 1782 y 1803. Después, entre 1867 y 1872, se le añadieron dos naves laterales que se comunicaron con la nave central original mediante varios arcos. Así se convirtió en una iglesia de planta de salón.

¿Cómo es el santuario?

La estructura neoclásica del santuario exhibe una fachada imponente de dos cuerpos y un frontón triangular. Al adentrarse, el magnífico retablo barroco captura la atención, albergando la imagen central de la Virgen de O Corpiño, una talla policromada del siglo XVIII que representa a María sosteniendo al Niño Jesús. Esta imagen es objeto de profunda veneración, atribuyéndosele numerosos milagros y bendiciones por parte de los fieles devotos.

Este lugar sagrado también es reconocido como sitio de peregrinación y exorcismo, siendo considerado un refugio de sanación para males relacionados con la brujería, hechicería y posesiones demoníacas. Estas prácticas, arraigadas desde la época medieval, representan el esfuerzo de la Iglesia por combatir el paganismo y la superstición en la Galicia rural.

La romería

La festividad más destacada ocurre los días 23 y 24 de junio, durante la celebración de San Juan. Durante este tiempo, miles de peregrinos acuden al santuario desde distintos puntos de Galicia y España, participando en misas, procesiones, ofrendas y rituales de curación. Uno de los momentos más emotivos es cuando la imagen de la Virgen es procesionada, y los devotos buscan bendiciones frotando sus pañuelos en sus pies.

Además de la romería, el santuario ofrece atractivos cercanos como una tienda con recuerdos devocionales, una hospedería para alojamiento y comidas, un museo con piezas de arte sacro y un parque natural para disfrutar de la serenidad y la belleza natural.