Convento de San Francisco

En la localidad de Noia encontramos un conjunto conventual de la orden franciscana. Este conjunto está formado por la iglesia de San Francisco y el claustro del convento, hoy aprovechado para fines administrativos por parte del ayuntamiento de este municipio. El conjunto se encuentra en la alameda de Noia.

El origen del convento

El Convento de San Francisco de Noia no tiene una fecha concreta de construcción en los registros históricos, pero sí existe la referencia de que una comunidad franciscana se encargaba de regir a finales del XIV la ermita de Sueiro, en la parroquia de Santa María de Argalo. Presumiblemente fue esta comunidad la que se trasladó años después a Noia para encargarse de funda el convento.

El actual templo es del siglo XVI (1522) y fue levantado según los preceptos del estilo arquitectónico renacentista. Las donaciones de las familias pudientes de Noia fueron lo que hizo posible la construcción de este edificio religioso. Los escudos de armas de aquellos que se implicaron más económicamente en la construcción del convento se pueden ver hoy en las paredes interiores y exteriores del propio templo.

El convento tuvo vida monacal hasta su exclaustración en 1835, momento en el que todavía residían una veintena de frailes en él. La exclaustración del convento fue aprovechada para trasladar las dependencias municipales a este lugar céntrico de Noia.

¿Cómo es la iglesia?

La iglesia de San Francisco de Noia presenta una sola nave en planta de cruz latina con brazos de crucero muy cortos. Junto con el claustro, que hoy día forma parte del ayuntamiento, forman un hermoso conjunto. Cuenta también con una torre campanario de tres alturas que fue levantada por el cantero Rodrigo de Sedo.

La riqueza ornamental se encuentra, en este caso, en el interior del templo donde las capillas laterales se cubren con complicadas bóvedas. Las bóvedas de la capilla principal y las laterales son de crucería y estilo gótico tardío y están sostenidas por unas complejas nervaduras.

Cabe destacar del interior del templo la capilla de la Epístola y su retablo moderno, obra del pasado siglo XX. En esta capilla lateral se encuentran dos sepulcros del siglo XVI, que representan a caballeros con sus armas y cabezas descansando sobre almohadas. Se trata de los sepulcros de Francisco Bermúdez de Castro, caballero de la Orden de San Juan de Malta, y de Pedro de Losada, miembro de la Guardia Real de Juan II de Castilla.

Son solo algunos de los ejemplos de sepulcros medievales que formaron parte del cenobio, pero parte de estas sepulturas desaparecieron tras las desamortizaciones del Mendizábal. Algunas de las figuras que complementan la ornamentación del templo son las de San Benito Negro o San Judas Tadeo.